viernes, 24 de septiembre de 2010
¿Qué es la verdad y qué la libertad?
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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 20 de septiembre de 2.010
Como lo dijimos en nuestro programa del lunes 13 de septiembre pasado, trataríamos sobre:
¿Qué es la verdad y qué la libertad?
Quiero referirme a lo que entendemos por la verdad. Pero, ¿Es la verdad, la realidad? ¿Es lo evidente? ¿La evidencia, es la verdad? Para ello narraré la continuación del sueño anterior:
“…Y apareció frente a mí una gran pirámide en cuya cúspide se la veía cubierta con oro y brillantes. Y vi que en cada cara de ella corrían carruajes con cuatro caballos conducidos por un auriga, apresurando el paso para subir la cuesta, iban al trote o al galope. En una de sus caras un magnífico Rey, ricamente trajeado, denotando gran autoridad, dirigía el carruaje y en la cara contraria de la pirámide lo dirigía un Guerrero de notable inteligencia; en otra de las caras, el carruaje era dirigido por un sacerdote con toda su pompa, demostraba una notable religiosidad, y en la cara contraria un artista iba al mando. Se me pidió que viera más atentamente y vi un sin número de personas y objetos. El Rey llevaba ejércitos, personas, armas, cañones, balas, leyes y papeles y dirigía a veces a su pueblo con violencia y otras con notable suavidad. Su paso era vigoroso y presuroso, pero a veces el carruaje se volteaba, bajaba y subía indeteniblemente. Me coloqué en la posición contraria y vi al Guerrero también con mucha gente, máquinas, instrumentos, reglas, escuadras, libros, y papeles; su carruaje a veces subía a gran velocidad y muchas otras se encontraba detenido. Cuando vi el carruaje del artista noté que traía una gran cantidad de pinturas, esculturas, literatura, instrumentos musicales y oía estrofas bellísimas de himnos patriotas, músicas que embelezaban y ruidos que ensordecían. Por último ví la cara de la pirámide por donde iba el Sacerdote. Mientras que el carruaje del artista iba lento pero a paso seguro, el del Sacerdote subía y bajaba, a veces se detenía por mucho tiempo y otras veces se volteaba. No puedo describir las innumerables circunstancias que observé, las luchas del Rey, los grandes esfuerzos del Guerrero, las obras del Artista y los actos solemnes, ceremonias y ritos del Sacerdote. El primero en llegar a la cúspide fue el Artista, quien suavemente viajaba sin detener su carruaje, luego le siguió, el Guerrero, el Sacerdote fue el último que pudo llegar pues muchos fueron sus contratiempos, pero a medida que llegaban, caían en un gran mar, en un inmenso océano y allí se transformaban en unas pequeñas gotas, todas iguales, sin diferencias algunas y el océano se transformó en un desierto y en el desierto comenzó a surgir una ciudad, una civilización que creció y esa civilización se convirtió en un Sol y vi todos los Soles de la Galaxia y mi pensamiento tanto creció, que desperté inmediatamente…”
En la narración que antecede, vemos a la política, a la ciencia, a la religión y al arte siguiendo caminos diferentes. Imaginemos que transcurre un tiempo bastante largo y hay varios cambios de civilización y de personajes. Cada quien cree que su camino es el único y seguramente el mejor. En cada cara de la pirámide hay luchas que retrasan o adelantan el progreso del grupo. Cada quien ve desde su perspectiva, desde su ángulo, e ignora la perspectiva o la visión de los demás. Cuando llegan a la cúspide, se dan cuenta que terminaron las contradicciones entre ellas, que todas ellas coinciden, y comienza la armonía y progreso. La verdad conduce a la libertad y su opuesto, la mentira, la falsedad, a la esclavitud.
De manera que recomendamos hablar y actuar siempre con la verdad por delante.
Nota: La imagen fue tomada de la direccion siguiente:
www.nueva-acropolis.es/blog/blog_comment.asp?
El escrito esta publicado en el libro "Estudios sobre la Nueva Ley del Servicio Comunitario del Estudiante de Educacion Superior", de la A.C. ProPaz, Ediciones Paredes, Caracas.
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