martes, 8 de febrero de 2011

¡La Vida, el ayuno y la huelga de hambre!


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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 7 de febrero de 2.011


No resulta fácil vivir en un mundo que cambia continuamente y donde decidir sobre una conducta es de vital importancia. Cada quien ve desde su perspectiva. Pero no todos le dan importancia a esa vida a la que valoran poco. Los excesos, los placeres, los hábitos y hasta el vicio forman parte de su naturaleza y resulta casi imposible desprenderse de ellos. No toman en cuenta que todo pasa y cada uno de nosotros, pasará también, mediante un proceso natural de cambio desde la niñez, hasta la vejez y la muerte. Esta palabra resulta poco agradable, puesto que representa precisamente lo contrario de la vida, pero la verdad es que ignoramos tanto una como otra. ¿Como podríamos entender la vida, sino dándonos cuenta que ella tiene un fin?. Hay quienes dicen que la vida es lo que precede a la muerte y lo que le sigue al nacimiento; o que es la manifestación del organismo, con sus funciones y respuestas; o que es una biografía escrita en prosa; o que es un don divino. Cada quien la define según su punto de vista. El científico da una distinta al político, el religioso una diferente al artista y al filósofo. Se dice que la vida es movimiento continuo, que se transforma de energía en materia y de esta en energía. Si consideramos que el Sol es fuente de vida y convenimos que sin él no podríamos vivir, deberíamos aceptar que el Sol es vida y entonces ¿por qué no podríamos convenir también que estamos en un Universo viviente? ¿Acaso no nació en algún momento este Universo, ha crecido, multiplicado y seguramente en algún momento morirá? Y más aun, hay quienes afirman que ese universo viviente es consciente de sí mismo, tiene inteligencia y se emociona, igual que nosotros pero a una escala diferente. Para muchos, la vida es la regla y la ausencia de ella es la excepción, pero ante nuestra inmensa ignorancia sobre lo que es, no nos queda más que rendirnos ante su grandeza y respetarla, tanto como a quien tenemos frente, a quien piensa diferente, ante quienes sufren por sus ideales o ante quienes gozan de su fortuna. Muchos han sido quienes se han sacrificado o han dado la vida por mantener sus ideales, por defenderlos, por lograr la libertad de su patria sometida, por que se modifiquen decisiones o leyes arbitrarias. Se han sometido voluntariamente para cambiar la opresión, pero lo han hecho con un ideal de vida inconmovible, en la certeza que la muerte les conduce a una vida superior. Ante tales seres, ciertamente, nos inclinamos, pero quienes se sometieron a privaciones y lograron aunque en parte, ver sus ideales cumplidos, mediante digamos el ayuno, lo hicieron para obtener recursos interiores para lograr la fuerza de vida que permite los cambios. Reconocemos a quienes con gran sabiduría y amor inmenso sacrifican sus vidas en bien de la humanidad, porque esas grandes cualidades los enaltecen, pero tienen que tener mucho cuidado, quienes con ayunos, huelgas o abstinencias, en bien de sus ideales, sin darse cuenta, no hacen más que deteriorar sus cuerpos y sus mentes. Por lo que recomendamos respetar la vida propia tanto como la ajena, puesto que ella es belleza, es salud, es armonía es felicidad y al final, ella prevalecerá, porque esa es la regla.

Fotografía: “Buscando el motor de la vida”, obtenida del Blog: http://glicinas.blogspot.com/