¿Cual es la causa de los Conflictos? ¿Vale la pena pelear?

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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 22 de agosto de 2.011

Que extraordinario fuese que comprendiésemos la causa de los conflictos y los superáramos. Parece que la humanidad necesita vivir el conflicto y sufrir las experiencias terribles que produce. Hay quienes piensan que la humanidad nunca dejará de pelear porque esa es su naturaleza. Hay quienes consideran que ella es esencialmente buena y que la pelea y la guerra son excepciones. Otros, en una posición intermedia, opinan que la humanidad está evolucionando hacia la paz, y que el conflicto será algo del pasado. Otros opinan que la persona conflictiva se hace por las circunstancias de la vida; que el ambiente moldea su carácter, la pobreza y el malestar, tornan a las personas en conflictivas y violentas. Y hay quienes creen que no son las circunstancia ni el ambiente la que lo provocan, sino que se nace con esa condición. Cualquiera sea la posición que adoptemos, el conflicto comienza a nivel personal, y se manifiesta frente a otra persona. A veces el problema no está en el conflicto en sí, sino en la forma de resolverlo. Quienes lo resuelven de una manera violenta, se encaminan hacia el dolor. Quienes lo hacen de una manera pacífica, positiva, obtienen ventajas. Hay conflictos personales, que se pueden resolver conversando, pero la palabra que no está precedida de un buen sentimiento, comete muchos errores y puede agravarlo. Conflictos jurídicos, pueden ser resueltos en paz a través de los medios procesales que nos da la ley, pero cuando esos medios no funcionan, el conflicto se agrava y puede desviarse a una forma no pacifica. El Estado debe facilitar los medios para que ellos se desenvuelvan rápidamente y con justicia, que es equilibrio y ley. Los padres, frente a sus hijos deben ser justos, nobles, amistosos, para promoverles los mejores sentimientos y hacer de ellos seres útiles. La verdad es que los mayores éxitos, las más grandes ganancias, el mayor bienestar y la felicidad, se obtiene en paz y armonía con cualquier otro ser humano y los que no conocen esos beneficios, porque anidan deseos de violencia, se pierden el placer de vivir. Por ello recomendamos resolver todos los conflictos de una manera pacífica, comenzando por los que nos hemos generados en nosotros mismos, y vivamos el presente, perdonando y amando la vida.

La imagen corresponde al Vitral del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas.

¡Ciudades prósperas e iluminadas, contribuyen a evitar los accidentes viales!

RECOMENDACIONES DE LA SEMANA

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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 15 de agosto de 2.011

Toda ciudad próspera tiene buena iluminación, con múltiples faros y avisos luminosos, que la hace más segura durante la noche, lapso durante el cual suceden los mayores accidentes viales. La necesidad de circular de una manera fluida y sin los riesgos que implica una visión reducida por la oscuridad, las luces en toda vía urbana y suburbana, son de una importancia vital, Las autoridades siempre deben velar porque esas luces públicas se mantengan en buen estado y encendidas en la noche, tanto como que las vías se encuentren para su perfecto uso, sin los peligrosos huecos o baches; los canales de circulación con sus delineadores viales y ojos de gatos, que permitan visualizar aun en lluvia el canal por donde se transita. los gobernantes tienen una inmensa responsabilidad en cuanto a la seguridad de la vida y de los bienes en las carreteras cada uno de quienes por allí transitamos; y debemos actuar también con prudencia pues somos responsables de nuestra vida, tanto como la de los demás. Ello implica que quien asume el riesgo de conducir un automóvil, o cualquier otro vehículo, lo debe hacer con la conciencia de quien toma en sus manos un instrumento que lo coloca en una situación de poder frente a aquellos que se encuentran en un vehículo más pequeño o aun sin él, por estar caminando. Significa que quienes conducimos debemos estar sobrios, lo que está reñido con el consumo de bebidas espirituosas o de cualquier sustancia que altere la conciencia. En ese caso, no podrán conducir, porque aparte de ser objeto de una sanción severa, impuesta por la autoridad del tránsito, tal falta impone otra sanción a veces mayor, que es la de sufrir las consecuencias de su propia culpa. El abrocharse el cinturón de seguridad, es tan necesario como el evitar usar los celulares, que se han hecho imprescindibles. Si quieres enterarte de quien te llama cuando conduces, es tu acompañante quien puede responder, pero no debes hablar directamente por ese aparato, porque ese acto disminuye tu atención frente al volante. Por supuesto, que tu acompañante no te eche el brazo por los hombros como chofer, “con aquellos amapuches o aquella desfachatez”, como el Cupido al volante del “poeta Aquiles Nazoa”, pues puedes “pegar tu naricita de una pared”. Algo que debemos insistir, es que se mejoren todas las propagandas comerciales, con repetidos llamados tales como “Usa el cinturón de seguridad, porque apreciamos tu vida y la de tu familia”. “Se consciente al manejar; si vas a beber, que solo sea agua”; “Te queremos sano, la vida es preciosa, maneja con cuidado”; “Respeta las señales de tránsito”, “Pon atención al manejar” y otras miles afirmaciones positivas, que la inteligencia pueda inspirar. Por lo que recomendamos hoy que cuando manejes lo hagas con el cuidado que tiene un padre, frente a sus frágiles hijos, pues tu eres el fuerte y en ti confían. ¡Hagamos del manejo un disfrute para ser compartido!

Fotografía tomada de la pagina Web:
http://www.google.co.ve/imgres?imgurl=http://bp2.blogger.com/_R1tjFqOxaKE/R9XZK7VADPI/AAAAAAAAABw/ZRnXEOJulsA/s400/alcalda3vl.jpg&imgrefurl=http://nuestroveneno.blogspot.com/2008_03_01_archive.html&h=266&w=400&sz=36&tbnid=2XEFn0ZvhkAdwM:&tbnh=90&tbnw=135&prev=/search%3Fq%3Dfotos%2Bde%2Bvias%2Bnocturnas%26tbm%3Disch%26tbo%3Du&zoom=1&q=fotos+de+vias+nocturnas&docid=deqodYPSTQgSRM&hl=es&sa=X&ei=LjlJTrbnNIjogQfRvIypBg&ved=0CCsQ9QEwBQ