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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 28 de febrero de 2.011
Estamos atravesando difíciles momentos, cuando la familia venezolana se ve amenazada por actos violentos, nunca vistos anteriormente, ni con la frecuencia, ni con los métodos que están siendo usados. Jóvenes que usan armas para amenazar, para atemorizar y para agredir, no tienen ningún parámetro que los contengan por si mismos. Ellos seguramente vienen de un ambiente que los ha desplazado, han sido abandonados, vejados, contrariados y se han dedicado a la ociosidad, al vicio y al mal actuar. La verdad es que las fórmulas para corregir situaciones de esa naturaleza son difíciles, porque son complejas. No vamos a diagnosticar cada situación, porque son bien conocidos los hechos y más de un oyente de este programa o quien nos lee, habrá sufrido en carne propia sus resultados. Pero hay algo que cada vez se comprende más y que es necesario divulgar, puesto que allí podría estar el germen de la solución. “Los pensamientos crean nuestras acciones”. “Somos el resultado de lo que pensamos”. Acciones torcidas, no pueden tener causa en pensamientos sanos. El hecho es que un sinnúmero de estímulos procuran que pensemos mal. No queremos imputarle a nadie su responsabilidad, pero una idea, una imagen mental violenta, produce acciones violentas. Y las imágenes abundan en nuestro mundo. Una película, una propaganda, una conversación, un amigo, una compañía, al generar una imagen de daño, va a producir una acción dañina, a menos que quien la reciba, sepa como evitar que se instale en su propia mente. A veces no es fácil el paso de la idea a la acción, puesto que debe recorrer otras etapas importantes para que la acción se produzca. Pero la violencia que genera es reavivada, porque se le añade más violencia y a veces ella es activada, sin ninguna manifestación aparente. Para explicarme mejor diré, que los resentimientos que generan algunos actos violentos, se encargan de producir más violencia. Por ello es que uno de los primeros pasos es evitar que se nos instale esos sentimientos encontrados que van a causar un mal mayor. No le demos combustible a quienes actúan en nuestra contra, disolvámoslo manteniendo una coraza de valor, que evita que el círculo vicioso se produzca. Por lo que recomendamos activarnos en nuestros recursos para superar la violencia, manteniendo una mente sana que nos produzca mayor seguridad y sin ningún temor, con plena confianza interior, actuar en el mundo.
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