jueves, 14 de abril de 2011
Agenda 21 en Cumbre de la Tierra. ¡Un grito de auxilio!
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Pedro J. Ramírez Perdomo
Lunes, 11 de abril de 2.011
La más grande CUMBRE DE LA TIERRA fue la “CONFERENCIA DE RÍO”, en Brasil en 1.992, sobre desarrollo sostenible y medio ambiente. Allí se emitió un gran grito de auxilio por el daño que le estábamos causando a la Tierra, formulándose la AGENDA 21, cuyo numero 21 hacia alusión al siglo XXI, para que los seres humanos tomásemos conciencia del estado de deterioro al que había sometido a nuestro planeta y las formas como podíamos contribuir a revertir esos males. Fue una lista de asuntos importantes, preparada de manera cronológica, para resolver problemas, pero que debían ser ejecutados a partir de las comunidades, mediante la réplica de una Agenda 21 en cada localidad, que comprendiese en su esencia todos los principios expuestos por aquella. En la sección sobre las dimensiones sociales y económicas, se trata sobre la necesidad de “luchar contra la pobreza” y en la sección referente al “Fortalecimiento de los grupos principales”, se destaca el papel de la infancia y la juventud en el desarrollo sostenible. En cuanto a los medios de ejecución se plantea la necesidad de “Fomentar la educación, la capacitación y la toma de conciencia”. Ciertamente ha habido esfuerzos de gobiernos y organizaciones para poner en práctica esas recomendaciones, pero han sido poco efectivas. En nuestro propio país los niveles de pobreza se han incrementado por múltiples razones, entre las que están una educación personal, familiar y escolar deficiente y en crisis. Hoy son muchos quienes hablan, no de luchar contra la pobreza, sino de “trabajar a favor de la riqueza”, del bienestar, de la superación mental y emocional, sin considerar que el dinero sea la única forma de prosperidad o bienestar, pero que es necesario y podemos tener acceso a él de una manera honesta. Las monedas son medios muy útiles para el intercambio de bienes y servicios y a ellas tenemos todos derecho, pero para eso es necesaria la educación y mas aun la de nuestros niños y jóvenes a quienes se les debe incentivar el deseo de cuidarse ellos mismos tanto como a nuestro planeta, para que comprendan que es este su hogar; a no contaminarlo ni con basura, ni con sonidos, ni con emociones que no sean agradables. Es necesario que en cada comunidad se replique esa agenda adaptándola a la localidad, mediante programas que permitan recalcar el sentimiento a esos jóvenes, como herederos de la gran responsabilidad de cuidar la tierra. Explicarles que todavía hay personas que no quieren aprender que es cuidando al planeta, respetando a los demás, trabajando y aprendiendo para mejorar y progresar, como podremos hacernos acreedores a todas las riquezas que nuestra querida tierra nos tiene reservada. Por lo que recomendamos que tomemos nota de la Agenda 21, como un programa de la ONU, para ponerlo en práctica en nuestras comunidades y contribuir así a hacer del lugar donde nos ha tocado vivir, cada vez mejor.
Foto de la Tierra obtenida de la dirección:
http://www.google.co.ve/imgres?imgurl=http://fondosdibujosanimados.com.es/images/wallpapers/tierra255767.jpeg&imgrefurl=http://fondosdibujosanimados.com.es/wallpaper/Tierra/&h=480&w=480&sz=60&tbnid=3VjDp77b89pS_M:&tbnh=129&tbnw=129&prev=/search%3Fq%3Dfotos%2Bde%2Bla%2Btierra%26tbm%3Disch%26tbo%3Du&zoom=1&q=fotos+de+la+tierra&hl=es&usg=__ti4WbwZzrVXjgC3goQWC6F2wYDg=&sa=X&ei=NC6nTcaJGMO_tgeStrGFAQ&ved=0CBUQ9QEwAA
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1 comentario:
Hoy se cumplen nueve años, de aquel 11 de abril en Caracas, cuando la ciudad estaba volcada a las calles, pidiendo un cambio. Una participante, cuyo nombre lo reservo, nos escribió y describió ese día de la manera siguiente:
Aquel día… sorprendida ante aquella multitud que desbordaba las vías en los alrededores del CCCT, la gente pedía ir a Miraflores, para exigir que se fuera. Aun recuerdo, ahora con mucha tristeza, aquella marcha hermosa, inocente, solo con pitos, banderas y cacerolas, ¡pidiendo que se fuera!
Éramos mucho.
Al llegar a los alrededores de las Torres del Silencio, otro era el panorama, nos lanzaron bombas lacrimógenas, disparos y hubo correrías. La Policía Metropolitana, desbordada por la arremetida desde Puente llaguno, nos protegía y mandaba a retirarnos.
Vi a un señor de un piso bajo lanzar gazas empapadas de vinagre, para soportar los gases y pudiésemos continuar. Solo avanzamos una cuadra mas, al darnos cuenta con horror que varios habían sido heridos en la avenida Baralt.
Una de las personas que nos acompañaba, nos forzó a regresar.
Un regreso lleno de desilusión, de impotencia. Nos informaban de una cadena presidencial.
Esa noche fui muy feliz al enterarme de la renuncia, la cual acepto. Lloramos de alegría, dice quien escribe, habíamos logrado salvar la Patria de lo que veíamos se avecinaba. Todavía teníamos demócratas. A la mañana siguiente me sentía como enamorada, radiante.
Libertad, que solo duro unas pocas horas más, al constatar que volvía…
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